“Tengo un terror enorme al virus, pero tengo que salir a trabajar ya”, Fallo Tortas

Boca del Río, Ver. Desde marzo de este 2020, Fabricio Rafael Bello Corti, mejor conocido como “Fallo Tortas”, dejó trabajar por la cuarentena impuesta por las autoridades.

Al principio lo tomó con calma y pensó: son cuarenta días nada más. Así que el comerciante tomó sus ahorros y lo tomó como unas vacaciones encerrado en su hogar, con su familia.

Sin embargo, casi tres meses después el ahorrito se adelgaza más, por lo que tomó la decisión de regresar a las calles a la venta de sus tortas a partir de este viernes.

Fabricio Bello es muy conocido en el puerto de Veracruz. Desde 1992 vende alimentos afuera de los principales antros, bares y restaurantes de la zona costera dorada de Boca del Río.

El comerciante anunció su regreso en redes sociales y cientos de usuarios lo festejaron prometieron ir a hacerle el gasto y contando anécdotas de todas las ocasiones que se curaron una borrachera con Fallo Tortas.

En una entrevista telefónica, el empresario relata que la situación es crítica pues debe mantener su hijo que está en la universidad y a su pareja, y no ve el final de la cuarentena que ha durado meses.

“Tengo 60 años, tengo un terror enorme al virus, pero desgraciadamente tengo que salir. Me afectó el cierre de los antros, pero yo decidí ir a casa por temor a infectarme. Al principio lo tomé como unas vacaciones. Comíamos pollo, pizza, pero los días pasaban, ya son tres meses y los ahorros se adelgazan”.

Este viernes saldrá a vender sus tortas afuera de un restaurante del bulevar Manuel Ávila Camacho, con todas las medidas sanitarias gubernamentales, con gel, y agua con alcohol para desinfectar el dinero.

“Tengo mucho miedo que me vaya a infectar”, relata, recordando que antes del encierro vendía afuera de muchos lugares y tenía a otros muchachos trabajando para él, en sitios fijos.

La semana pasada hizo venta en línea con algunos de sus clientes y logró vender 70 tortas, con ese se capitalizó y lo impulsó a salir a la calle de nuevo afuera de la Vikina, que es de los pocos lugares que están abiertos.

“Hay que comer, tengo un hijo universitario, somos tres de familia. No quería tener contacto con nadie, pero no le queda otra opción que salir a trabajar de nuevo”.

Fallo no ha recibido ningún apoyo del gobierno estatal o federal, no tiene otra entrada de dinero más que arriesgar su integridad y salir a luchar contra el COVID19.