Córdoba, Ver. Desde la semana pasada, la presidenta municipal de Córdoba, Leticia López Landeros se resguarda en su casa para evitar contagiarse de coronavirus dado a que pertenece a los grupos de riesgo.
Sin embargo, esa medida no la gozan todos los empleados del municipio pues algunas áreas no esenciales siguen laborando al 50 por ciento, por órdenes directas de la edil panista.
La última vez que la población vio en público a la edil fue a la salida de la reunión de seguridad que tuvo con el Gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, en la base del Mando Único de la Secretaría de Seguridad Pública.
En las últimas horas, está ausente de todas las actividades como sesiones de cabildo y las de Protección Civil. Ella se conecta por medio de zoom, mientras todos sus directores y directores acuden a las oficinas.
Una fuente consultada asegura que el argumento es que la panista es hipertensa, sufre de obesidad y es prediabética, por lo tanto, en caso de contraer el COVID19 podría sufrir un deterioro de su estado de salud.
Sin embargo, personal del ayuntamiento, también con sobrepeso y con algunas enfermedades crónicas si tienen que acudir a sentarse en el Palacio Municipal para escuchar a López Landeros por un monitor.
Lo ideal, señala la fuente, es que todos se conecten vía internet, pero la única que cuenta con la autorización para estar en su casa es la alcaldesa cordobesa que gobierna desde ahí desde hace días.
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